Por Lisa Regourd en entrevista con Juan Lozano, Especialista de Conservación de Agua en TNC Latinoamérica.
Hasta la fecha se ha perdido casi el 50% de los bosques nubosos en toda América Latina, principalmente debido a la conversión de tierras para la agricultura y el pastoreo de ganado. Un instrumento de inversión de impacto vanguardista desarrollado por Conservation International y The Nature Conservancy (TNC) tiene como objetivo restaurar y conservar los bosques nubosos degradados al tiempo que aumenta la rentabilidad de la energía hidroeléctrica.
¿Que son los bosques nubosos?
Los bosques nubosos, o de niebla, son bosques tropicales que se forman a lo largo de las laderas de las montañas de gran altitud, regularmente inmersos en una capa de nubes baja. En América Latina, el 50% de los bosques nubosos se encuentran dentro de las cuencas hidroeléctricas. Estos bosques, vitales y con una biodiversidad única, contribuyen a aumentar el volumen y la regularidad del caudal de los embalses hidroeléctricos, a reducir la erosión del suelo y la consiguiente entrada de sedimentos y entonces, a reforzar la seguridad energética.
La restauración de los bosques nubosos o de niebla ayuda a los operadores de centrales hidroeléctricas a reducir los importantes costos de gestión de la sedimentación, y también prolonga la vida útil de las centrales, por lo que evita tener que construir más presas, o encontrar la energía de formas menos respetuosas con el medio ambiente.
El objetivo del proyecto Blue Energy
El Cloud Forest Blue Energy Mechanism tiene como objetivo movilizar la financiación comercial nacional para reforestar y conservar los bosques nubosos en América Latina que proporcionan beneficios cruciales a la industria hidroeléctrica. Utiliza una innovadora técnica de financiación de "pago por éxito" en la que una central hidroeléctrica paga por los beneficios medibles del ecosistema proporcionados por los bosques nubosos dentro de la cuenca de la central, principalmente la reducción de la sedimentación, el aumento del flujo de agua y la mejora de la regulación del agua.
Juan Sebastián Lozano, especialista en Conservación de Agua Dulce explica el proyecto como “una colaboración con el fin de crear un caso tanto científico como un caso de negocio en el que podamos demostrar que la conservación de la naturaleza puede pagarse a sí misma”. Este componente del mecanismo financiero involucra conseguir inversionistas de alto riesgo.
Otro componente del proyecto está manejado por el equipo de ciencias, liderado por Juan Sebastián Lozano, cuyo objetivo es entender el comportamiento de la cuenca cuando se implementan acciones de conservaciones. “En la creación de modelo, intentamos primero entender cómo funciona la cuenca hidrológicamente, ósea cómo funcionan los flujos de agua, los flujos y el tránsito de sedimentos en la cuenca. A partir de ese modelo intentamos evaluar qué pasaría bajo diferentes posibles futuros. A partir de esos escenarios, podemos determinar el costo de implementación de acciones de conservación” explica Juan Sebastián.
Uno de los puntos fuertes de este proyecto es la acción colectiva según Juan Sebastián. “El enfoque a través de muchos actores que reciben beneficios de la conservación es mucho más pertinente que una aproximación en donde haya un solo beneficiario”.
La creación de este modelo puede servir de referencia para otros proyectos y Fondos de Agua que intentan entender los flujos de agua y de sedimentos a lo largo de una cuenca.
Los bosques de nubosos o de niebla tienen un valor muy importante para la seguridad hídrica y energética de las comunidades y ciudades latinoamericanas. Conservarlos y valorarlos es una responsabilidad compartida.
